El vocablo rumba está comprendido dentro de una serie de palabras afroamericanas que designan un tipo de fiesta colectiva y profana que aparece en Cuba en una época bastante temprana.
Inicialmente los instrumentos empleados en estas fiestas fueron cajones de distintos tamaños, frecuentemente cajones de bacalao y de velas; para lograr los sonidos más agudos se percutía en una botella, en sartenes o en algún implemento metálico. Con el desarrollo del género este instrumental fue sustituido por tres tumbadoras de alturas distintas, cada una con una función rítmica particular y específica, de las cuales la voz más aguda, el quinto, tambor parlante, será el que improvise determinados toques que instan al bailador a realizar distintas figuraciones. La tumba, de voz grave, marca un bajo ostinato y la voz media, el tres dos, va produciendo otro ritmo estable que equilibra el conjunto. En el cuerpo de la tumba o en un tambor aparte se “repiquetea” con dos palos, y el cantador porta las claves, que dan el inicio y se mantiene estable durante el canto.
La rumba ha sido, originalmente, un baile de pareja desenlazada que se produce dentro de un grupo afín. Rumba es fiesta, toque y baile. Se manifiesta dentro de un colectivo cohesionado por lazos de parentesco o amistad, de barrio. En la fiesta de rumba unos tocan los tambores, otros levantan el canto, otros responden como coro y los demás animan con palmadas, se contonean, salen al ruedo a bailar.
Generalmente, las rumbas están precedidas de una inspiración vocal de corte melódico, llamada diana. Después, con la entrada del texto, se inicia una improvisación para exponer el asunto que da motivo a la rumba; a esto se le denomina decimar. Después de la improvisación, “rompe” la rumba con la entrada de los instrumentos y la forma alternante solo-coro, en la que el coro repite constantemente un estribillo; este es el momento conocido por capetillo.
Cuando rompe la rumba, una pareja de baile sale al ruedo. El baile es descriptivo y, en general, su estilo es convulsivo y desarticulado; en él se realizan pasos y gestos tendientes a representar los acontecimientos que anteceden a la posesión de la pareja.
Cada una de las partes de la rumba presenta variantes, que al combinarse entre sí, hacen surgir modalidades diferentes de caracteres propios muy definidos; entre ellas se encuentran: el guaguancó, el yambú, la columbia y las rumbas de tiempo España.
A principios de este siglo se conocieron grupos famosos como Los Roncos y El paso franco. Posteriormente se conocieron rumberos que adquirieron gran prestigio como Ignacio Piñeiro, Agustín Pina, Roncona, Malanga, Tío Tom, Chano Pozo, Virulilla, etc. En la actualidad existen rumberos insignes como los grupos Clave y Guaguancó, Yoruba Andabo, Los Muñequitos de Matanzas y Los Papines, entre otros.
Como hecho folklórico, la rumba recibió las adulteraciones que el teatro vernáculo, el cabaret, el cine y la televisión comerciales le propiciaron, sin embargo, las rumbas bailadas por el pueblo continuaron su evolución lógica hasta llegar a definir una de las manifestaciones culturales del patrimonio folklórico cubano.